viernes, 21 de noviembre de 2014

Bacalao Ajoarriero



En mi casa, no es que nos emocione comer pescado, pero es un alimento esencial en el crecimiento y desarrollo de los más pequeños. Así que de vez en cuando tenemos que preparar algún plato que otro.


La verdad es que a mis hijas el pescado que más les gusta el bacalao, de hecho siempre que le preguntaban decían que ellas solo comían bacalao. Ya sabéis la inocencia de los niños, y de eso nos aprovechamos las amatxus a veces, porque si la merluza les parecía bacalao, y si encima la comen sin protestar pues mejor que mejor. Para que vamos a desengañarles.
 Yo suelo comprar colitas de bacalao salado y luego las desalo para cocinarlas, unas veces con patatas, otras en ensalada aunque para esto me gusta más el desmigado.



El Bacalao salado es un alimento rico en fosforo, lo cual nos ayuda a mantener en mejor estado nuestros huesos, y nuestros dientes. Nos ayuda a lograr una mayor resistencia física y a mantener también en  forma nuestro cerebro.

Además de todo esto, es muy bajo en grasas y posee una gran cantidad de proteínas, lo que le hace ideal para el desarrollo muscular, y se convierte así en un alimento muy importante durante el embarazo y también la infancia.

Como curiosidad sobre este pez, os diré que es característico de los mares fríos, suele nadar por las profundidades, y que las mayores de concentraciones de ellos  se suelen encontrar en el mar de Barens, en la zona cerca del Ártico.


Como hay que desalarlo antes de comenzar a cocinar, el plato requiere preparación previa, porque tenemos que sumergir las piezas en agua fría  durante 48 horas y cambiarla tres veces al día. Es muy importante que el agua este fría porque así, las piezas y la carne del pescado, se mantendrá tiesa y no se abrirá. Durante el tiempo que realizamos la desalación siempre tenemos que mantener el pescado en la nevera.


Ingredientes

5 tajadas de bacalao

1 cebolla

1 pimiento rojo

2 pimientos choriceros,

8  dientes de ajo

2 patatas

1 guindilla tipo cayena (si gusta picante)

Aceite, sal,

Salsa de tomate



Elaboración.


Vamos  a sacar la carne a los pimientos choriceros, para ello los ponemos a cocer durante unos diez minutos. Luego los abrimos y con una cucharita les sacamos la carne, la vamos a reservar para más tarde.

Pelamos los ajos, la cebolla y el pimiento rojo, Los picamos lo más fino que podamos y los ponemos a pochar en una cazuela con un chorrito de aceite bien caliente. Primero ponemos los ajos, cuando estén doraditos pero no quemados la cebolla, le echamos sal y tapamos. Cuando este pochada ponemos el pimiento rojo y volvemos a tapar.

Mientras esto va pochando, vamos a pelar las patatas, las lavamos y después vamos a cortarlas en lascas.
Por si no sabéis o no lo habéis oído nunca, cortar en lascas es cortar en trozos alargados y finos.

Una vez que hemos hecho esto, echamos las lascas de patatas en la cazuela donde tenemos pochando la verdura, lo sazonamos y lo dejamos rehogar.
 Después vamos a añadir la guindilla, la carne de los pimientos choriceros y la salsita de tomate. Lo mezclamos todo bien y lo dejamos cocer. 

Durante el tiempo que dura la cocción de la patata junto con las verduras, vamos a ir preparando los trozos de bacalao. Esta vez he elegido  lomos, así que debemos partirlos en lascas, al igual que las patatas. Lo único es que si lo compráis desmigado, ya tenéis medio trabajo hecho. A continuación añadimos las lascas de bacalao a la cazuela y lo dejamos cocinar durante 5 o 10 minutos, no más, para que se mezclen bien los sabores y los aromas. ¿No os huele delicioso?




Espero que lo probéis, y disfrutéis de este rico plato. Además de ser sencillo, es un plato que  tiene su origen en los arrieros que marchaban por la zona de Bilbao y Zaragoza, porque tenían que prepararlo de víspera y normalmente a la vera de los ríos, poco a poco se fue colando entre posadas y ventas, hasta llegar a los restaurantes. Espero que hoy haya logrado introducirlo en vuestras cocinas.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Pastelitos de Arroz



La verdad es que uno se acostumbra a lo hecho en casa y luego nada le sabe igual. Esto lo digo porque últimamente nos estamos aficionando a preparar nuestros propios dulces para el desayuno, y claro la diferencia con la bollería o pastelería industrial es abismal.



Esta vez vamos a hacer unos pastelitos de arroz, uno de los dulces más típicos de Bilbao, junto con las Carolinas  y los Bollos de mantequilla. Que delicia.

 Aparentemente es una receta sencilla pero  en su elaboración no lo es tanto, ya que el relleno del pastel tiene que tener una textura muy fina y especial.


Cuando empezamos a preparar los ingredientes en casa para los pastelillos, a mis hijas les llamó bastante la atención el que no lleven arroz. Y es verdad que es toda una paradoja. Como las crías son muy curiosas, pues, tuvimos que indagar un poco sobre el origen de este dulce.


Existen básicamente dos versiones sobre el nacimiento de este dulce. La primera, la más práctica por así decirlo, nos cuenta que este dulce se elaboraba con las sobras del arroz con leche que las amatxus y las amamas elaboraban en los caseríos. Para no tirar el que no se comía, lo introducían al horno envuelto en una masa de hojaldre casera dándole forma de tartaleta pequeña.

La otra versión, quizás un poco más romántica, nos cuenta la historia de que  los marinos bilbaínos, en sus viajes hacia las  Indias, se trajeron para Bilbao la receta de estos pasteles que se elaboraban en Filipinas con harina de arroz, posteriormente la harina de arroz, se reemplazó por harina de trigo, que es como se elaboran actualmente.


INGREDIENTES para 16 pastelillos individuales
 
500 ml leche

125 g azúcar

125 g harina

3 huevos

75 g mantequilla

Hojaldre u obleas tipo para hacer empanadillas


 Elaboración
Lo primero que vamos a hacer es batir la mantequilla blanda (si es a punto pomada mejor,) con el azúcar, hasta conseguir una especie de crema. Después vamos añadiendo los  huevos uno a uno, y después de añadirlos vamos batiendo bien. Ahora tenemos que  agregar la harina poco a poco, y a continuación la leche en dos o tres veces. Sin dejar de batir bien con las varillas.




Ahora vamos a preparar el molde de los pastelitos, yo tengo uno metálico con diferentes agujeros para hacerlos todos de una hornada, pero también podéis usarlos individuales. 




Mientras preparamos los moldes untándolos  con harina y mantequilla, vamos a poner el horno a precalentar.

Una vez que hemos untado el molde ponemos una oblea en cada compartimento. Apretando bien la base con los dedos. Si habéis decidido hacerlo con hojaldre, tenéis que estirar la masa y cortar unas circunferencias  para poner en cada molde.



Con la ayuda de un cazo vamos a ir vertiendo la masa  en cada molde, casi hasta el borde, pero sin rebasarlo ya que en el horno suben bastante, parece que van a quedar horrorosos , pero al sacarlos  y dejarlos  enfriar se bajan y hunden.  Por dentro debe de quedar una mezcla entre flan y quesada, de más a menos duro de abajo a arriba, y en la parte superior una costra esponjosa.



Cuando estén listos los sacamos del horno y los desmoldamos una vez que estén fríos.  

Ahora solo queda degustarlos  como queramos, con un té, un café o un buen vaso de leche.