Esta vez vamos a realizar un bizcocho diferente y para ello
vamos a utilizar queso. En la receta original nos dicen que utilicemos un queso
cremoso, yo me he decantado por el queso mascarpone.
Este “queso”, aunque no sea en teoría un queso, quizás no sea
de los más conocidos. Es originario de la zona de Lombardía, y su nombre
procede también del dialecto lombardo. Originalmente se elaboraba con leche
de búfala solamente, se producía durante el invierno al tratarse de un producto
muy perecedero.
Para elaborar este “queso” se añade una serie de bacterias a
la nata extraída de la leche que se utiliza en el queso parmesano, además para
que coagule se le añade ácido cítrico. El resultado es un queso fresco, de
pasta blanda y cremosa.Su sabor es peculiar entre dulce, ácido y salado.
Ahora que ya hemos conocido un poco al señor mascarpone,
vamos con los demás ingredientes para la receta.
Ingredientes
4 huevos
125 gr de queso mascarpone
100 gr de azúcar
50 gr de mantequilla
150 gr de harina
10 gr de levadura en polvo.
Elaboración
Batimos los huevos con el azúcar .En el momento en el que la mezcla comienza a estar cremosa,
aumentamos la velocidad de batido para que vaya adquiriendo más volumen.
Por otro lado, tenemos la mantequilla derretida y lo
mezclamos con el queso hasta formar una crema. Cuando la tenemos la agregamos a
la mezcla anterior.
Tamizamos
la harina y la levadura, añadimos poco a poco a la mezcla. Para ello podemos
ayudarnos con un colador. Vamos removiendo con una espátula de forma continua
para evitar que en la masa no se formen grumos.
Para terminar, untamos un molde con mantequilla y harina.
Vertemos en él la masa y lo horneamos a 180 grados durante 45 minutos aproximadamente.
Listo para saborearlo acompañado de lo más os guste.