lunes, 30 de octubre de 2017

Pastelitos de Piña

 

Para realizar este postre receta vamos a utilizar leche condensada. Es  leche a la que se le ha extraído parte del agua y se le ha añadido azúcar, este producto tan dulce se puede conservar sin refrigeración durante un largo periodo de tiempo, siempre que su envase no se haya abierto.

Si queremos conocer el origen de este producto, debemos remontarnos al siglo XIX. Durante este periodo de tiempo, se llevaron a cabo diferentes investigaciones para lograr una mayor conservación del producto, debido al gran número de intoxicaciones que se producían al consumirlo. Estas  eran causadas durante el proceso de extracción y manipulación, o bien, a la conservación  del alimento en dudosas condiciones.

Sin duda el mayor consumo, añadido  a la popularización del mismo, se realizó durante  la Guerra Civil americana, por el aporte de energía y fácil utilización  de las  latas de leche por parte de los soldados durante la contienda.

Vamos a compensar el aporte calórico de la  leche condensada, con la piña para contrarrestar y darle contraste al plato. La piña, es una fruta tropical muy sabrosa, tiene una piel rugosa y verde que a medida que la fruta madura, va tornándose marrón-amarillenta y desprendiendo un aroma dulzón. Por dentro, posee una carne amarilla, muy jugosa.





Esta fruta es muy rica en  minerales (hierro, magnesio, yodo y zinc), en hidratos de carbono, rica en antioxidantes por lo cual es una gran fuente para hacer frente al envejecimiento. Además casi un 80% de la piña es agua, con ello nos hidrata, aporta pocas calorías y nos sacia.


Ingredientes (12 unidades)

400 gr de queso blanco para untar

240 gr de leche condensada

4 yemas de huevo

40 gr de azúcar moreno

12 rodajas de piña.

Mantequilla, para untar el molde.



Elaboración
Untamos los moldes con la mantequilla y a continuación espolvoreamos con el azúcar moreno. Seguidamente  colocamos una rodaja de piña en cada molde.

En un bol batimos los huevos, la leche y el queso de untar. Lo batimos bien hasta que no nos queden grumos. Cuando tengamos la masa preparada rellenamos el molde con una cuchara.


Después colocamos el molde en el horno, previamente precalentado, durante 30 minutos y a 200 grados.

 

Una vez que esté cocido lo dejamos enfriar y desmoldamos. Ya está listo para degustar.


Como veis un postre sencillo, y rápido de preparar.