jueves, 29 de enero de 2015

Galletas de Azúcar



Los cereales en  principio no se cocían y se comían mojados en leche o agua. Sin embargo los pueblos nómadas descubrieron que una masa  aplastada y cocida de cereales se podía transportar fácilmente, sin peligro de que se estropease. Así que podemos decir, que las galletas son uno de los primeros alimentos cocinados de la historia.


A lo largo del tiempo hay muchos apuntes sobre la galleta, pero digamos que fue un alimento consumido de forma puntual. Empezó a ser un alimento básico en la época del renacimiento y que se presentaba para acompañar a bebidas calientes. Pero fue durante la industrialización cuando su producción  se hizo de forma masiva, se pasa de industrias artesanales a otras más mecanizadas y sobre todo debido al bajo coste de los ingredientes como la harina y la levadura.


Actualmente las galletas son un alimento muy popular, y representa un mercado en crecimiento, adaptado a las necesidades y gustos del consumidor. Sin olvidar también sus propiedades en cuanto a la salud.

Después de un poquito de historia y de conocimiento, cosa que nunca viene mal, os voy a contar algo sobre las propiedades de las galletas. Ayudan al crecimiento de los más pequeños, y supone un gran aporte energético que ayuda a l rendimiento intelectual. Tienen beneficios sobre la salud y debido a su aporte de calcio favorecen el cuidado de los huesos.  Es un alimento cardiosaludable ya que: son bajas en sodio, colesterol, y calorías.


Por último gracias a los avances en dietética y nutrición podemos decir que, hoy en día existen todo tipo de galletas funcionales aptas para personas con necesidades específicas.

 Ingredientes (18-19 galletas)
125 gr de mantequilla
125 gr de azúcar extra fino (lo podéis encontrar como caster sugar en la  zona de comidas internacionales)
1 huevo mediano
1 cucharadita de azúcar avainillado
250 gr de harina
 Pasta Fondant para decorar.


Elaboración
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta obtener una masa ligera y cremosa. Añadimos  el huevo y el azúcar avainillado, y lo vamos a todo bien con mezclar con la batidora eléctrica.
Por otro lado vamos a tamizar la mitad de la harina en un bol y mezclar, a continuación tamizar la otra mitad y mezclar también.Para tamizar la harina  nos podemos ayudar de un colador.

Hacemos una masa suave, envolverla en film transparente y dejamos reposar en la nevera 30 minutos.Mientras vamos a precalentar el horno a 180º.
Cuando ya tenemos la masa lista y reposada  la vamos a trabajar,estiramos la masa  hasta que alcance unos 4mm de espesor y cortar con los moldes de galletas.Segun las formas y dibujos que mas nos gusten.
Poner las galletas alineadas en la bandeja de horno y hornear entre 10 y 15 minutos hasta que se doren.Dejar enfriar antes de decorar.

 


Mientras las galletas se enfrían vamos a preparar la masa fondant para adornarlas. Es muy sencillo porque se trata de una pasta de azúcar que es muy maleable, y se trabaja como si fuese plastilina. A los más peques de la casa les va a encantar. Además, existen gran variedad de colores, e incluso podéis adquirirla blanca y añadirles unas gotas de colorante alimentario para darle el tono que deseéis. Pero no hay que olvidar que, es una pasta muy dulce, por lo tanto cuanto más recarguéis las galletas más empalagosas os pueden resultar. Mi consejo personal es que cuanto más fina la trabajéis mejor.


Para ello cogemos un trocito y lo amasamos igual que cualquier otra masa, eso sí antes de extenderlo sobre la mesa de trabajo, es recomendable que  untéis la superficie de trabajo con mantequilla para que el fondant no se pegue.

Antes de las, vamos a fabricar una especie de pegamento casero y  culinario, para ello mezclamos una cucharadita de azúcar con un poco de agua. Después cortáis las formas con los moldes que habéis utilizado para las galletas, y cuando estas estén frías  untáis nuestro pegamento  y ponéis el fondant sobre las mismas.



Hala listas para comer y además los más pequeños de la casa se lo habrán pasado en grande!

lunes, 26 de enero de 2015

Albóndigas con tomate



En la anterior entrada que hemos dedicado a este plato “universal”, os conté un poco del origen de las albóndigas y que originariamente su nombre procede del árabe.





Bueno pues rebuscando un poco más he encontrado una pequeña “leyenda” sobre los inicios de las mismas. Se cuenta que el sultán Suleiman Kanuni, más conocido en castellano como Solimán el magnífico iba a lomos de su caballo cuando de repente tropezó y se cayó del mismo. De dicho golpe se rompió bastantes dientes haciéndole imposible morder y degustar la carnes. Su esposa, Roxelana, obligo a los cocineros que picasen en todas las comidas la carne de cordero para que su marido pudiese seguir degustando dicho manjar. De tal  manera que  los cocineros se estuvieron media vida triturando la carne para rellenar berenjenas, calabacines y realizar las albóndigas de carne de cordero.



Esta es una de las muchas historias que se cuenta sobre este plato. Ahora vamos a destacar una curiosidad, al principio no se les acompañaba de salsa de tomate, puesto que, el tomate fue introducido en España después de la Conquista de América.


Ingredientes

1kg de  carne picada, al gusto: de ternera, de cerdo, mezcla de ambas. Yo utilizo últimamente de pavo.

Cebolla

Ajo

Pimiento Verde

Tomate

Tomate triturado al natural envasado.

Zanahoria

Perejil

Huevo

Pimienta

Pan rallado

Harina

Aceite de Oliva

1 cucharada de azúcar y una cucharada de sal.





Elaboración

Tenemos que dejar la carne picada en maceración con todos los ingredientes durante un día.

Para la carne:

Picamos la cebolla y el ajo muy menuditos, y lo mezclamos con la carne picada, también el huevo, el perejil, la sal y el pan rallado. Ya lo tenemos listo para que repose durante un día.
Cuando ya ha macerado, lo que vamos a hacer es preparar las albóndigas, vamos redondeando pedacitos de la mezcla hasta darles la forma de bolita y las untamos con harina. En una sartén ponemos aceite a calentar, cuando esté caliente  vamos echando las albóndigas en ella y las freímos  hasta que estén doraditas por fuera.

 Para la salsa de tomate:


Mientras las bolitas se van friendo vamos a ir picando nuestra base de verduras, la cebolla, el pimiento, la zanahoria y el tomate. En el mismo aceite en el que hemos frito las albóndigas vamos haciendo el sofrito de nuestras verduras, primero echamos la cebolla y la condimentamos. Cuando este pochadita introducimos la zanahoria, dejamos pochar y añadimos el pimiento y hacemos lo mismo con el tomate.

Una vez que toda la verdura esta bien pochada vamos a añadir nuestro tomate triturado al natural en ese mismo recipiente. Le añadimos una cucharada de sal y la misma cantidad de azúcar, para restar la acidez que tiene el tomate.

Lo dejamos hacerse a fuego lento y con ebullición.

Una vez que la salsa ha cogido color y consistencia la vamos a pasar por el pasapurés, o si preferís una salsa un poco más pastosa podéis pasarla por la batidora.

Una vez que ya la hemos triturado y nos queda una salsa lisa y sin tropezones de verdura ,en una cazuela la vertemos y en ella las albóndigas y las dejamos cocer unos 5 o 10 minutos a fuego suave.


Y listo para degustar.