sábado, 1 de noviembre de 2014

Buñuelos de viento



Hoy es del día de todos los santos, el día en que se recuerda y honra a los parientes fallecidos pero también el día en que se celebra la vida.

En España, y en otras zonas del mundo, existen infinidad de  tradiciones que rodean este día. Pero yo esta vez quiero quedarme estrictamente con las gastronómicas,  entre ellas destacan los dulces: los huesitos de santos, los buñuelos de viento y los panellets.


Los buñuelos de viento son un postre tradicional fácil de elaborar en casa, tienen forma de bola que se infla al echarlos en la sartén al freír y por eso su denominación “de viento”. Su color es ligeramente amarillento  además  resultan bastante tiernos y jugosos. De sabor muy agradable,  los podemos  rellenar  de nata, de crema o incluso de chocolate (esto ya para los más golosos). 



En cuanto a su origen se  apunta a que la receta es árabe .Se cree que surgieron en Almogía, un pueblo de Málaga, en el año 1090, cuando el rey sevillano Mohamed ben Abad Al Motamid cercó la fortaleza de la ciudad. Viendo que escaseaban tanto la comida como la leña que usaban para los hornos, un panadero llamado Abdelaziz ben Drisi el Jabazún hizo recuento de vituallas y decidió preparar unas tortitas de masa de agua y harina; luego las subió a lo alto del castillo y las metió en los calderos de aceite hirviendo que se usaban para arrojarlos a los asaltantes.

 Así surgieron los buñuelos de viento.


Ingredientes

125 ml de leche (se puede cambiar por agua)
 2 huevos
50 gr de mantequilla
½ cucharadita de sal
75 gr de harina
2 huevos grandes
Aceite de oliva
Ralladura de limón
100 gr de azúcar
Canela en polvo
  


 
Elaboración

En un cazo ponemos la leche, una cucharada de azúcar, la sal y la mantequilla. Cuando se haya derretido todo y comience a hervir  vertemos la harina de un golpe. Lo vamos removiendo a fuego suave hasta conseguir que se haga una bola más o menos homogénea. Para saber si está bien hecha se debe quedar pegada en la cazuela.


Pasamos la masa a un bol fuera del fuego, la dejamos que se vaya enfriando y la removemos con las varillas mientras añadimos los huevos uno a uno, añadimos también la ralladura de limón y seguimos mezclando.  

 

Luego dejamos reposar la masa entre una y dos horas para que coja mayor consistencia.

Cuando los vayamos a freír, tenemos que tener el aceite bien caliente y la masa la podemos poner en una manga pastelera o bien hacer bolitas con dos cucharas. Cuando las bolitas estén doradas, las retiramos de la cazuela y las ponemos a escurrir .Después las pasamos por azúcar y canela.




Listos para servir templados o fríos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario