A veces hay recetas de cocina que te sorprenden y que nunca
pensabas que podrías llegar a hacerlas, o probarlas. Eso me ha sucedido con esta,
porque cuando mi amiga me dijo que ella los había probado y estaban buenísimos,
a mí me entro el gusanillo de experimentar y de probar. Así que ni corta ni
perezosa me puse manos a la masa y me lie a probar la receta.
Antes de empezar os voy a comentar que los champiñones comunes,
los que normalmente podemos encontrar en las fruterías o en las grandes
superficies comerciales, son una especie de hongo, y se cultiva únicamente para
utilizarlo en la cocina. Posee un sabor neutro y delicado, rico en fibra tiene
un bajo aporte calórico.
Otra cosita, esta receta requiere preparación del día anterior,
para que el plato este delicioso.
Ingredientes
Vinagre
Ajos,
Aceite
Sal
Perejil
Una bandeja o 250gr de champiñones laminados.
Elaboración.
Si tenemos los champiñones enteros debemos limpiarlos bien
con un papel, quitarle las partes negras u oscuras y laminarlos.
Una vez los tenemos limpios
y laminados los ponemos en una bandeja y los cubrimos con vinagre y sal,
encima ponemos otra capa de champiñones y repetimos la operación.
Una vez terminados lo cubrimos todo con un papel de film y
lo metemos en el frigorífico de 12 a 24 horas, para que macere la mezcla.
Pasado este tiempo lo sacamos de la nevera, y los escurrimos
bien para quitarle todo el vinagre para ello podemos ayudarnos de un colador.
Mientras los champiñones escurren picamos los ajos finos y lo más pequeño posible,
y en un cuenco los mezclamos con el
aceite y el perejil.
En un plato llano o en una bandeja disponemos los champiñones,
primero una capa y lo regamos con la mezcla de aceite, ajos y perejil. Luego
otra capa y repetimos la operación, así hasta que terminamos con todos los
champiñones.
Lo dejamos reposar unas tres o cuatro horas y ya está listo
para degustar.
Os voy a decir la verdad, mi amiga tiene razón están buenísimos.
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